La comunicación profesional puede llegar a ser compleja. Cuando envías un correo electrónico o un mensaje, la persona receptora quizás no entienda lo que quieres decir. Incluso si pasas más tiempo redactando tu mensaje, puede llegar a ser malinterpretado.
Esto es de suma importancia, bien sea que trabajes de forma remota o en persona. En los correos electrónicos o los chats, debes tener mucho cuidado con las palabras que usas y los signos de puntuación, para evitar confusiones.
A medida que continuamos trabajando de forma remota, lidiar con miembros del equipo difíciles puede volverse todo un reto. Comprender los distintos estilos de comunicación dentro del lugar de trabajo pueden ayudarte a trabajar mejor con tu equipo y esquivar malentendidos. Exploremos todo lo que necesitas saber al respecto.
Comprender los estilos de comunicación es fundamental porque ayuda a evitar confusiones en el trabajo.
Cuando conoces cómo prefiere comunicarse cada individuo y dominas tu estilo, podrás emitir mensajes importantes con mayor claridad y efectividad.
Los diferentes estilos de comunicación pueden provocar distintas emociones en las personas que reciben los mensajes.
Puede que algunos estilos los hagan sentir empoderados, mientras que otros pueden hacerlos sentir frustrados, confiados, culpables, etc.
Para crear un ambiente laboral positivo, es de suma importancia abrazar los diferentes estilos de trabajo que asistan y alientes a los empleados, evitando negatividad innecesaria.
En el mundo de la comunicación interpersonal, existen varios estilos de comunicación, cada uno con sus características y enfoques.
Estos estilos de comunicación pueden tener un impacto significativo en la forma en que interactúan las personas y responden a la información. Vamos a resumir cada uno.
La comunicación asertiva es una forma equilibrada y respetuosa de expresar tus necesidades, opiniones y sentimientos, mientras tomas en consideración los derechos y emociones de los demás.
Implica una comunicación clara y directa, sin ser groseros o agresivos.
Ejemplo: “Aprecio tu opinión, pero pienso distinto. Encontremos una solución que funcione para ambos.”
La comunicación agresiva implica expresar tus necesidades y opiniones de manera forzosa, con frecuencia sin considerar cómo afecta a los demás. Puede ser confrontacional, intimidante e irrespetuosa.
Ejemplo: “¡Siempre estás estropeando todo! ¿No puedes hacer bien las cosas? ¡No hagas que los demás pierdan el tiempo!”
La comunicación pasivo-agresiva combina aspectos los estilos pasivo y agresivo. Quizás te percibas como cooperativo en la superficie, pero expresas tu frustración de manera indirecta, a menudo usando sarcasmo o menosprecio implícito.
Ejemplo: “Oh, buen trabajo terminando el proyecto a tiempo. Desearía tener esa misma cantidad de tiempo libre para hacer las cosas a la perfección.”
La comunicación pasiva se destaca por evitar conflictos y reprimir tus necesidades o sentimientos. Quizás te encuentres teniendo problemas para expresarte y tiendas a ir con lo que quieran los demás sin afirmar tu autoridad.
Ejemplo: “Claro, lo podemos hacer de esa manera. No hay problema.”
Si bien estos son los cuatro estilos de comunicación diferentes conocidos, hoy nos enfocaremos solamente en el mundo de la comunicación pasiva.
Comprender la comunicación pasiva dentro del lugar de trabajo es fundamental, ya que puede acarrear malentendidos y problemas potenciales dentro de las dinámicas de equipo. Al explorar a detalle este estilo, queremos ayudarte a identificar y navegar la comunicación pasiva, y por último, promover un ambiente de trabajo más efectivo y positivo.
Adentrémonos en los matices de la comunicación pasiva y sus implicaciones en el lugar de trabajo.
La comunicación pasiva es una forma de comunicación donde a un individuo se le dificulta expresar sus ideas, emociones y necesidades abiertamente.
Los individuos que emplean la comunicación pasiva quizás lo hagan para evitar conflictos, mantener la paz o porque temen a las reacciones negativas que puede traer hablar con asertividad.
Cuando se usa una comunicación pasiva, las personas suelen acceder a las solicitudes de los demás, incluso si va en contra de lo que desean, ocultando lo que de verdad sienten y desean.
La comunicación pasiva muestra ciertos comportamientos, como evitar el contacto visual, disculparse constantemente, evitar compartir opiniones personales, aceptar tareas sin querer y una falta de autoconfianza al expresarse.
Suelen evitar conflictos y tienen problemas al establecer límites, lo que los hace vulnerables a que otros se aprovechen de ellos.
Dentro del lugar de trabajo, la comunicación oral juega un papel fundamental al promover la colaboración, resolución de conflictos y crear relaciones fuertes con el resto de los miembros del equipo.
Sin embargo, no todos pueden comunicarse con asertividad, y algunas personas suelen adoptar estilos de comunicación pasiva.
Exploremos algunos ejemplos de estilos de comunicación pasiva que suelen ser comúnmente usados en la oficina. Entender estos ejemplos te ayudará a conocer el impacto de la comunicación pasiva y cómo puede afectar a las individuos y a los equipos dentro de un entorno profesional:
Estos ejemplos demuestran cómo la comunicación pasiva puede llevar a sentimientos y necesidades reprimidas, resultando en oportunidades desaprovechadas, conflictos sin resolver y una falta de crecimiento personal en el lugar de trabajo.
La comunicación efectiva es la base fundamental para crear un ambiente laboral próspero y productivo.
Sin embargo, reconocer la comunicación pasiva puede ser desafiante, ya que suele implicar comportamientos sutiles que pasan desapercibidos.
Desarrollar la habilidad para detectar las señales de comunicación pasiva es importante para afrontar problemas potenciales y promover una comunicación más efectiva dentro de tu equipo.
A continuación, seis señales que te ayudarán a identificar a un comunicador pasivo con sus respectivos ejemplos:
Por ejemplo, durante una reunión de equipo, un miembro introduce una idea innovadora, pero el comunicador pasivo evita hacer contacto visual con el resto del equipo y se mantiene callado, a pesar de que cuenta con una opinión de valor.
Supongamos que durante la sesión de lluvia de ideas de un equipo, un comunicador pasivo no está de acuerdo con una estrategia propuesta pero decide no expresar sus preocupaciones para evitar perturbar la armonía.
Un ejemplo de esto podría ser cuando se asigna un nuevo proyecto con un tiempo ajustado. Un comunicador pasivo aceptaría sin tomar en cuenta sus carga de trabajo existente, eventualmente causándoles estrés y agotamientos.
Por ejemplo, cuando un comunicador pasivo requiere de asistencia en un proyecto pero prefiere esperar a que su gerente se acerca a ellos en lugar de buscar ayuda ellos mismos.
Un ejemplo que puede tomarse de las reuniones diarias o semanales. Durante ellas, un comunicador pasivo se mantendrá en silencio pero expresa su descontento con los ojos y la cabeza al discutir un tema controversial.
La comunicación pasiva puede tener impactos significativos en el lugar de trabajo, afectado distintos aspectos de las dinámicas organizacionales y el bienestar de los empleados:
Esta falta de claridad puede resultar en errores, retrasos y, en última instancia, en una reducción de la productividad dentro del equipo u organización.
Los empleados pueden percibir que sus opiniones e ideas tienen menos valor, lo que los lleva a titubear al expresarse incluso cuando tienen contribuciones valiosas que hacer.
Los miembros del equipo pueden evitar abordar conflictos o expresar preocupaciones, lo que puede intensificarse con el tiempo y afectar negativamente la dinámica grupal y el trabajo en equipo en general.
Esto puede generar tensiones latentes y crear un entorno laboral tóxico donde se acumulan el resentimiento y la frustración.
Esta limitación puede obstaculizar el potencial de innovación y crecimiento de la organización, ya que los empleados pueden reprimir la propuesta de enfoques novedosos.
Cuando las personas dudan en comunicarse abiertamente, puede generar sospechas y socavar el trabajo en equipo y la cooperación.
Para mitigar el impacto negativo de la comunicación pasiva y fomentar un entorno laboral saludable y comunicativo, las organizaciones pueden adoptar varias estrategias.
La comunicación pasiva puede obstaculizar la colaboración efectiva, la productividad y la satisfacción de los empleados en el lugar de trabajo.
Reconocer los signos de la comunicación pasiva y comprender su impacto es crucial para fomentar un entorno laboral positivo.
Al promover la comunicación asertiva, establecer expectativas claras, fomentar la retroalimentación y brindar apoyo para la resolución de conflictos, las organizaciones pueden crear un entorno laboral cohesionado y exitoso.
Abrazar estrategias de comunicación proactiva beneficiará tanto a los individuos como a la organización en su conjunto, lo que conducirá a una mayor productividad, innovación y satisfacción laboral en general.