El presentismo se ha convertido en una preocupación creciente para gestores y profesionales de recursos humanos en todo el mundo. Este fenómeno se refiere a la práctica de acudir al trabajo a pesar de sentirse mal, ya sea por una cultura organizacional muy exigente, miedo a represalias o incertidumbre.
Aunque puede parecer una forma de evitar pérdidas de productividad, se ha demostrado que sus efectos negativos superan con creces los beneficios: afecta la salud de los empleados, debilita el espíritu de equipo y reduce la eficiencia general del trabajo.
Por ello, las empresas deben abordar el presentismo de forma directa para construir un entorno laboral saludable y sostenible. Ignorar este problema puede derivar en consecuencias graves: trastornos físicos y mentales a largo plazo para los empleados, caída en la productividad organizacional e incluso pérdidas económicas.
A continuación, desglosaremos las causas del presentismo y las estrategias más efectivas para enfrentar este “asesino silencioso”.
Qué es el presentismo laboral
El presentismo es la práctica de acudir al trabajo incluso cuando estamos enfermos y no podemos concentrarnos adecuadamente. Como es de esperar, esto afecta directamente el rendimiento y la productividad, e incluso puede derivar en una forma de productividad tóxica.
¿Te resulta familiar? Todos hemos tenido alguna vez un fuerte dolor de cabeza y aun así nos hemos obligado a ir a trabajar. En el pasado, los sistemas tradicionales de recursos humanos medían el éxito en función de la asistencia, pero hoy sabemos que eso ya no es suficiente.
Existen múltiples razones por las que el presentismo es perjudicial para los negocios. Aquí algunas de las más relevantes:
- Una disminución de la productividad ya que los empleados enfermos no pueden desempeñar sus funciones al máximo nivel.
- Riesgos para la salud y seguridad si los colaboradores operan maquinaria pesada sin estar en condiciones óptimas, se incrementa el riesgo de accidentes.
- Los empleados enfermos pueden transmitir virus a otros, lo que reduce aún más la productividad general.
Y ¿qué pasa con los propios empleados? El presentismo puede tener efectos negativos a largo plazo en su bienestar, especialmente en la salud mental. Ir a trabajar estando enfermo puede generar desgaste con el tiempo. Además, muchos colaboradores no solicitan licencias médicas por motivos psicológicos, debido al estigma que aún rodea los problemas de salud mental.
La diferencia entre el presentismo, el absentismo y el leaveism, o trabajar durante los descansos
Muchas personas tienden a confundir el presentismo con el ausentismo o el leaveism, pero son fenómenos bastante distintos.
El ausentismo se refiere al hecho de no presentarse al trabajo sin una causa justificada. Esto puede provocar una disminución en la productividad, un aumento en los costos administrativos y laborales para cubrir la ausencia, y una baja en la moral del equipo. Las consecuencias más probables incluyen falta de consistencia en el rendimiento del equipo y retrasos en los cronogramas de los proyectos. La solución más común por parte de los empleadores suele ser implementar políticas de asistencia más estrictas, pero si no se abordan causas subyacentes como la insatisfacción laboral o el desequilibrio entre vida personal y trabajo, el problema persistirá.
El leaveism, por otro lado, es la práctica de trabajar durante días no laborables, como vacaciones, días de descanso o fuera del horario habitual. La razón principal por la que los empleados incurren en esta práctica es para ponerse al día con sus tareas, especialmente cuando también deben cumplir con responsabilidades familiares o domésticas. Aunque demuestra compromiso, puede llevar al agotamiento y afectar negativamente el equilibrio entre vida personal y laboral, con consecuencias a largo plazo en la productividad. Este fenómeno es especialmente relevante en entornos de trabajo flexible, donde los empleados sienten que deben estar siempre disponibles para cumplir con las expectativas.
El presentismo, a diferencia de los anteriores, es más difícil de medir. Los empleados están físicamente presentes en el trabajo, pero no rinden al máximo debido a enfermedades o estrés. Mientras que el ausentismo implica la ausencia del empleado, y el leaveism el uso indebido del tiempo libre, el presentismo se relaciona con trabajar estando enfermo, lo que impide un desempeño óptimo. Esta práctica reduce gradualmente la productividad general y puede agravar los problemas de salud, prolongando el tiempo de recuperación.
Al igual que el ausentismo y las licencias médicas, el presentismo puede tener efectos negativos a largo plazo para las organizaciones. Además, aumenta el riesgo de contagio en el lugar de trabajo, lo que incrementa las horas improductivas. Los empleados que trabajan mientras están enfermos pueden desarrollar condiciones físicas y emocionales crónicas, lo que finalmente se traduce en bajos niveles de compromiso y un rendimiento deficiente a largo plazo.
Por qué ocurre el presentismo laboral
Antes de abordar el presentismo, es fundamental entender su raíz. Muchos coinciden en que la cultura de quedarse hasta tarde y hacer horas extra es una de las principales causas. Cuando los empleados creen que eso es lo que se espera de ellos, intentan “hacerse notar” para demostrar su compromiso.
Y aquí surge la pregunta: ¿por qué el presentismo se relaciona con una baja productividad si las personas están trabajando más horas? Como mencionamos antes, en el pasado se creía que la productividad estaba directamente ligada a la asistencia. Sin embargo, hoy sabemos que estar frente a la computadora no significa necesariamente estar trabajando, y trabajar no siempre implica que se esté siendo realmente productivo.
No se trata de que las personas quieran pasar todo el día frente a la pantalla. El problema es que sienten que deben hacerlo. En una cultura donde la visibilidad se asocia con la eficiencia, los empleados intentan demostrar su valor simplemente estando presentes.
El presentismo es más común entre empleados que enfrentan ciertas presiones laborales. Entre las principales causas se encuentran:
- Pocos o ningún día de baja médica remunerada.
- Inseguridad laboral.
- Falta de personal.
- Expectativas poco realistas por parte del empleador.
- Presión por el tiempo.
- Hostigamiento por tomar licencias médicas.
- Carga de trabajo excesiva.
Cuando la cultura empresarial vincula la visibilidad con la productividad, los empleados sienten la necesidad de presentarse, incluso si eso afecta negativamente su salud y rendimiento.
Cómo reducir el presentismo laboral
Ahora que conocemos las causas del presentismo, es momento de aprender cómo abordarlo. Estas son algunas soluciones que pueden ayudar:
Reconocer y medir el problema
El primer paso para resolver cualquier situación es reconocerla. En el caso del presentismo, muchos empleadores no son conscientes del daño y las pérdidas que puede generar. Si tienes una empresa, es fundamental que tus líderes conozcan este problema y sus implicaciones. Organiza talleres o seminarios para sensibilizar a los equipos directivos sobre los costos financieros y de productividad asociados. Casos prácticos basados en datos o ejemplos reales pueden ser especialmente útiles.
Introducir políticas de ausencia flexibles y empáticas
Una política de ausencias mal gestionada puede aumentar el presentismo, especialmente cuando los empleados enfrentan presiones económicas. Para cambiar la cultura de inseguridad, las organizaciones deben adoptar un enfoque más humano. Esto incluye comunicar claramente que cuidar la salud no pondrá en riesgo el empleo y revisar periódicamente las políticas para adaptarlas a las necesidades del equipo. Ofrecer licencias por enfermedad flexibles también reduce la presión de asistir al trabajo estando enfermo.
Ofrecer licencias médicas pagadas y beneficios de bienestar
La licencia médica remunerada es clave para mantener la productividad y la salud del equipo. Implementarla puede reducir la rotación, prevenir contagios y mejorar la eficiencia general. Estos programas pueden complementarse con beneficios como vacunas, chequeos médicos o iniciativas de cuidado preventivo, incentivando a los empleados a cuidar su salud sin temor a consecuencias negativas.
Equilibrar la carga laboral y fomentar la flexibilidad
Si un empleado siente que nadie puede cubrir su trabajo, puede sentirse obligado a estar siempre presente. Para evitar esto, asegúrate de contar con suficiente personal y capacita a otros para asumir tareas clave en caso de ausencia. El trabajo en equipo y la distribución equitativa de responsabilidades alivian la presión, mientras que un sistema claro de gestión de tareas ayuda a mantener el equilibrio.
Modelar comportamientos saludables desde el liderazgo
Los líderes deben dar el ejemplo quedándose en casa cuando estén enfermos y animando a sus equipos a hacer lo mismo. Si necesitan estar disponibles, pueden hacerlo desde casa mediante herramientas virtuales. Esto evita contagios y refuerza la idea de que la salud personal es prioritaria. Comunicar estas prácticas en reuniones o canales internos ayuda a consolidarlas en la cultura organizacional.
Promover el bienestar a través de hábitos individuales y programas corporativos
Fomentar un estilo de vida saludable entre los empleados puede inspirar a otros y fortalecer la cultura de bienestar. Iniciativas como subir escaleras, membresías de gimnasio, desafíos deportivos, snacks saludables o estaciones ergonómicas tienen un impacto positivo. Además, contar con un programa estratégico de bienestar que aborde el estrés financiero, mental y físico ayuda a reducir el presentismo. Ofrecer sesiones de mindfulness, clases de yoga o apps de terapia bajo demanda, junto con encuestas para conocer las necesidades del equipo, refuerza el programa.
Capacitar a los gestores para detectar síntomas y apoyar al equipo
Los empleados con problemas, especialmente de salud mental, pueden dudar en hablar de ello. Los gestores deben recibir formación para identificar señales de estrés o enfermedad y brindar apoyo. Invertir en capacitaciones especializadas, como primeros auxilios en salud mental o gestión del estrés, puede marcar la diferencia. Además, habilitar canales de retroalimentación anónimos reduce el miedo a compartir preocupaciones.
Aplicar las políticas de forma coherente y justa
En ciertos casos, pueden ser necesarias medidas disciplinarias, especialmente cuando está en juego la seguridad colectiva. Por ejemplo, si un empleado acude al trabajo enfermo y pone en riesgo a otros, es importante aplicar las políticas con firmeza pero con empatía. Una comunicación clara y una documentación adecuada garantizan que las normas se apliquen de manera coherente, sin generar una cultura de temor.
Para terminar
Un empleado que acude al trabajo estando gravemente enfermo ya no es aceptable. Este tipo de acciones representa una carga para el bienestar financiero de la empresa.
Los empleadores deben enfocarse en crear un entorno laboral con colaboradores funcionales y saludables. Esto permitirá alcanzar los objetivos de rentabilidad y productividad, al mismo tiempo que se fomenta un ambiente de trabajo sano para todos.
Implementar cambios en la formación y abordar los problemas existentes en el lugar de trabajo contribuirá a construir una fuerza laboral más motivada y saludable a largo plazo.
Priorizar la salud es una inversión que vale la pena tanto para las organizaciones como para las personas.





